
Estos días se disputa el Mundial de Voleibol Femenino y es buen momento para recordar una de las lesiones que más afecta a los deportistas que practican esta disciplina: tendinitis rotuliana.
En el voleibol las rodillas sufren mucho debido al gran número de saltos que los jugadores tienen que dar a lo largo de cada partido. Y entre las partes de las que se compone la rodilla, el tendón rotuliano es especialmente sensible. De ahí que la tendinitis rotuliana se conozca también como «rodilla de saltador«.
El tendón rotuliano es un tejido parecido a una goma que une la rótula a la tibia y cuando sobrecargamos la articulación se irrita y se provoca la tendinitis.
La tendinitis rotuliana es una lesión a la que hay que prestar una atención especial, porque a veces no se diagnostica hasta que el dolor se agudiza y para entonces la degeneración del tendón puede requerir una intervención quirúrgica. En cambio, si se trata a tiempo, la fisioterapia puede ayudar a la regeneración del tejido del tendón con técnicas como el láser o el ultrasonido.
Dentro del tratamiento de fisioterapia también es importante utilizar masoterapia, kinesiotape y punción seca.
Para prevenir estas lesiones, recomiendo a mis pacientes de la clínica Fidoos, entre las que se encuentran varias jugadoras del Club Deportivo CDV (que compite en el campeonato madrileño femenino), estirar bien el cuádriceps, extendiendo la cadera y flexionando la rodilla, así como poner hielo sobre la zona después de los entrenamientos y realizar tratamientos regulares de fisioterapia.
SEP