Esta semana el deporte español ha vuelto a darnos una gran noticia, en esta ocasión en la piscina:
Mireia Belmonte ha conseguido
seis medallas en los Europeos de Berlín y
Duane da Rocha también logró el
oro en los 200 m espalda. Seguramente Duane ha sufrido en menos ocasiones que Mireia la lesión de la que os voy a hablar hoy y la razón es sencilla: suele afectar más a los
nadadores que practican el
estilo libre.
El
hombro de nadador es la lesión más frecuente entre los deportistas que practican la
natación. En este sentido, hay que destacar que más del 50% de las
lesiones habituales en nadadores afectan al hombro, seguidas por las de rodillas, tobillos y espalda baja.
El hombro de nadador u hombro doloroso son en realidad tres lesiones en una: tendinopatía del bíceps, bursitis subacromial y tendinopatía del supraespinoso. El paciente siente un fuerte dolor en el hombro y puede que sufra una de las tres patologías, dos o las tres a la vez.
Un aumento brusco de la intensidad en los entrenamientos, una técnica incorrecta o un hombro con poca elasticidad son factores que incrementan el riesgo de sufrir hombro de nadador y se agrava por el uso de palas o manoplas.
Para evitar esta lesión lo ideal es que un profesional de la natación os ayude a depurar vuestra técnica (cuando nadáis a crol, respirar por los dos lados ayuda a no sobrecargar más un hombro que otro) y, sobre todo, que calentéis convenientemente antes de entrar en la piscina. Tened en cuenta que, al contacto con el agua, que está más fría que vuestro cuerpo, disminuye el riego sanguíneo y vuestras extremidades tendrán menos fuerza, por lo que harán un sobreesfuerzo para realizar el ejercicio. Si los hombros están bien calientes, evitaréis dicho sobreesfuerzo.
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Foto: RFEN
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