
El dolor de espalda es uno de los más frecuentes entre mis pacientes de la clínica Fidoos. Una pobre condición física, mala higiene postural o simplemente factores hereditarios pueden provocar o incrementar las molestias en la espalda.
Las personas que sufren dolor de espalda se dividen en dos grandes grupos: aquellas que tienen una molestia leve pero constante y las que sufren punzadas agudas, puntuales, que en muchas ocasiones impiden el movimiento. En estos casos el dolor de espalda puede surgir de pronto (con un mal gesto o al levantar mucho peso, por ejemplo) e ir empeorando si no se visita al fisioterapeuta para tratar la lesión.
Causas del dolor de espalda
El dolor de espalda puede estar provocado por numerosas causas, entre ellas las siguientes:
- Discos lesionados
- Espasmos
- Tensión muscular
- Hernia discal
- Escoliosis
- Espondilolistesis
- Artritis
- Embarazo
- Fibromialgia
- Piedras en los riñones
Cómo prevenir el dolor de espalda
Aunque en muchos casos el dolor de espalda está asociado a otras lesiones, podemos prevenirlo siguiendo estas pautas:
- Hacer ejercicios que fortalezcan los músculos de la espalda (como los que podéis ver más abajo).
- Mantener una dieta sana que nos permita estar en un peso saludable y tener huesos fuertes, con suficientes aportes de calcio y vitamina D.
- Observar una correcta higiene postural (levantar los objetos sin encorvar la espalda, sentarse rectos, etc.).
Tratamiento para el dolor de espalda
Las personas que padecen dolor de espalda con frecuencia deben acudir al médico para que le haga los exámenes que permitan determinar las causas de dicho dolor y cómo puede curarse (hay ocasiones en las que es preciso pasar por el quirófano), pero, en general, podríamos decir que un fisioterapeuta profesional puede ayudar a tratar el dolor de espalda y recuperar el buen tono muscular, en especial en aquellos pacientes que sufren dolor de espalda crónico.
En estos casos, en clínica Fidoos recomendamos los siguientes tratamientos de fisioterapia:
- Aplicación de calor: el calor ayuda a aliviar la rigidez y reduce los espasmos musculares y el dolor. Pero cuidado: si el dolor de espalda está provocado por un golpe que ha provocado hinchazón o hematoma hay que aplicar frío para reducir dicha hinchazón.
- Técnica miofascial: con estas técnicas conseguimos movilizar los tejidos que rodean los músculos de la espalda para relajarlos y reequilibrarlos.
- Masoterapia: con el masaje manual tradicional conseguimos aliviar la tensión en tejidos blandos, no solo músculos, sino también tendones o ligamentos.
- Punción seca: la espalda es un nido frecuente de contracturas y la punción seca es perfecta para “deshacer” dichas contracturas, porque actúa de forma directa sobre el punto gatillo, sin dolor para el paciente.
- Electroterapia: las corrientes eléctricas ayudan a reducir las contracciones musculares estimulando los músculos.
- Ultrasonidos: estimulan el riego sanguíneo, lo que ayuda a reducir no solo las contracturas, sino también los calambres, la inflamación y el dolor en general.
- Infrarrojos: como os he contado en post anteriores, con los infrarrojos preparamos la espalda para poder tratarla con el masaje posterior.
- Fisioterapia activa: si sufres dolor de espalda crónico es fundamental que tu fisioterapeuta te enseñe ejercicios que mejoren tu flexibilidad y aporten fuerza a tu musculatura, así como posturas que mejoren tu ergonomía.
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